El municipio de Lauricocha, más precisamente de Jesús, tiene instalada una oficina turística donde ofrece circuitos y salidas a los lugares arqueológicos como la cueva y laguna de Lauricocha. Todo depende de la disposición del tiempo: los paseos y caminatas se pueden hacer en dos días, lo más rápido, y una semana lo más exigente. El distrito de Jesús cuenta con un moderno hospedaje municipal de cómodas instalaciones
Hace diez mil años este imponente paisaje altiplánico se pobló de miles de camélidos. Tras sus huellas aparecieron los primeros cazadores nómadas que usaron como refugio las cavernas que abundan en la zona, y que poco a poco fueron forjando una cultura que siglos después domesticó llamas y alpacas para convertirse en la cuna de civilizaciones del mundo andino. Hoy en día la zona de Lauricocha, en la provincia de Jesús, departamento de Huánuco, se prepara para recibir a otro tipo de nómadas: turistas nacionales y extranjeros que gracias a la gestión municipal cuentan con buenos servicios y comodidades para conocer este impresionante circuito de lagunas, sierras nevadas, apacibles poblados y casi desconocidos recintos arqueológicos.
En el lado oriental de las cordilleras de Raura y Huayhuash, dominada por una inmensa planicie altoandina salpicada de chozas con techo de paja, corrales de piedra y miles de cabezas de ganado, se yergue una inmensa muralla de piedra. Como si se tratara de un edificio, la formación rocosa ubicada al extremo del valle no es más que una gran caverna de 14 ventanas conocida como Wagratacanán. Los orificios se encuentran distribuidos en la parte superior, ubicados en forma de fila ascendente sólo accesible por algunos de sus lados. El lugar, localizado al oeste de la ciudad de Huánuco (siete horas en carro, 145 kilómetros) y al este de Lima, fue la morada de nuestros ancestros hace diez mil años. En esta zona se encontró evidencia de las raíces de la gran civilización andina, a la que los estudiosos llamaron el Hombre de Lauricocha.
Cerca de este monumento existe un bosque de rocas y un puente de piedras de la época incaica. Unos kilómetros más, surge la enorme laguna de Lauricocha, cuna del río del mismo nombre, y que ha sido motivo para designar así a toda esta provincia del departamento de Huánuco. Lauricocha es una palabra quechua que significa laguna verde, por el color que proyectan las abundantes algas existentes en su interior.
Sólo una de las catorce cuevas de Lauricocha cuenta con acceso para los visitantes. La zona aun espera la resolución del INC que la declare patrimonio cultural de la nación.
Cuevas de LauricochaEstán ubicadas cerca al vértice superior meridional de la cuenca, constituida por la cordillera del Raura. En las cuevas de Uchumachay y Wagratacanan a 4,000 m.s.n.m. el etno-arqueólogo Augusto Cardich encontró una diversidad de herramientas líticas, mandíbulas de animales pre-históricos y restos de huesos humanos focilizados, dándole una antigüedad de 10,000 años a.c. También en las cuevas hallaron pinturas rupestres, cerámicas primitivas, mostrando que fue una población dedicada a la caza y agricultura, que llegaron a evolucionar hasta constituir una colectividad organizada, y la cual esta denominado como el hombre de Lauricocha, siendo el más antiguo habitante de los Andes de América.
Cuando el hombre peruano inició su periplo por este mundo recién adaptado para poder ser habitado, lo hizo en este lugar. Había pasado la cuarta glaciación y se iniciaba el periodo holoceno, caracterizado por un clima más caluroso. En esta etapa el planeta se cubrió de bosques y surgieron las primeras capas de tierra apropiadas para el cultivo.
A pesar de los 4,000 metros de altitud, esta región fue propicia para el antiguo poblador peruano. El hombre de Lauricocha era un nómada, un primitivo que se refugió del frío y de la amenaza de los depredadores en estas cavernas. Cazaba para comer, vivía en agrupaciones aisladas, usaba instrumentos de sílex y cubría sus cuerpos con las pieles de animales. Así se lo reveló al arqueólogo peruano Augusto Cárdich cuando en 1959 abrió la puerta de sus cavernas al mundo científico. En ese entonces la familia Cárdich tenía haciendas y establos en las pampas que rodean las cuevas, y era dueña de gran parte del poblado de Lauricocha. A la fecha sólo existen algunos muros y restos de la antigua casa hacienda.
El descubrimiento asombró a la comunidad internacional, porque, por primera vez, se encontraron esqueletos humanos que sometidos a la prueba de Carbono 14 arrojaron una antigüedad de 10 mil años. El hombre más antiguo del Perú y, en su momento, de América. Con este hallazgo Lauricocha saltó a la fama mundial. Cárdich había encontrado, junto con los restos humanos, artefactos líticos y otros vestigios.
Transcurrido casi 40 años marcados por el olvido y la indiferencia de nuestras autoridades, encargadas de velar por nuestro patrimonio arqueológico. En una visita realizada por Andares comprobamos el estado de abandono que luce este legado. El alcalde de la provincia, Ethel Alvarado, refiere que las cuevas del Hombre de Lauricocha no están consideradas como patrimonio cultural de la nación. En la zona no existe ninguna delimitación, información o señalización. En una pequeña cueva de la parte inferior, donde fueron hallados los restos, se encuentran huellas de desentierros clandestinos.
Los pobladores de la zona le han colocado una puerta de metal con candado que permite el acceso al complejo. El cuidador y responsable es Teodosio León Falcón, poblador de Lauricocha de 80 años de edad, quien amablemente nos permitió acceder al interior del santuario a través de una escalera de piedra que conduce a unas de las ventanas.
Puesta en valor
El circuito para llegar a las cuevas de Lauricocha y a las decenas de centros arqueológicos del alto Marañón se inicia en el distrito de Jesús, capital de la provincia de Lauricocha. Desde Huánuco son cinco horas en bus y cuatro en auto por carretera afirmada. En la ciudad hay transportes que se dirigen por casi toda Lauricocha hasta llegar a Huánuco Pampa, en La Unión, Baños y Rondos.
En las casas de barro con techos de paja quemada por el sol cuelgan manojos de maíz llamado "huayunca". Arboles de queñuales, eucaliptos y pinos, así como campesinos con su ganado que cruzan la pista o pastando es el cuadro típico de estos lares. Aquí todos se dedican a la ganadería y agricultura, cultivan papa, maíz y habas. En medio de los inmensos valles interandinos, quebradas y extensas pampas de ichu, luce imponente como guardián de toda la zona la cordillera del Huayhuash y la del Raura, con sus picos de nieves perpetuas. Juntos forman parte de la cadena central de los Andes y ejercen gran influencia en el clima y morfología del área.
Lauricocha combina perfectamente la belleza paisajística y la historia. En toda la provincia existen más de 50 centros arqueológicos, testimonio del esplendor de los Yarowilcas, reino pre inca y su posterior influencia Inca y española. Monumentos que esperan ser estudiados y visitados. Todo un corredor turístico por nuestro pasado que necesita ser implementado y puesto en valor. Por eso, Ethel Alvarado, alcalde provincial, intenta desarrollar el turismo en la zona y la práctica del deporte de aventura, como las caminatas a las ruinas, a la cordillera, bicicleta de montaña y sky.
Pero sus intenciones son mucho más ambiciosas, él quiere que los importantes centros arqueológicos de su provincia sean declarados como Patrimonio Cultural de la Nación. Como primer paso mandó realizar un levantamiento de información de 18 lugares arqueológicos del Valle del Ñucón, aledaños a la ciudad de Jesús. El trabajo fue realizado por el arqueólogo Luis Salcedo.
Los rostros de Jesús
De todos ellos, Alvarado, con ayuda de la CTAR de Huánuco y apoyo financiero extranjero, restaurará cuatro centros arqueológicos: Quinaj, el complejo de Chiquia, Ticra y Raucha.
Para tal fin ya presentó al INC el estudio y la solicitud para que sean declarados como patrimonio cultural de la nación y se realice su puesta en valor. Pero el pedido presentado en junio pasado aún no ha obtenido respuesta.Por ello, el alcalde lauricochano invoca al INC que atienda su solicitud y convoca a los arqueólogos para que investiguen estos lugares.
"Para poner en valor sólo un monumento se necesita miles de soles, por eso nuestros centros arqueológicos han estado olvidados", indica Alvarado.Paralelo a su interés arqueológico, Alvarado está dedicado al desarrollo turístico de su región. El municipio de Lauricocha, más precisamente de Jesús, tiene instalada una oficina turística donde ofrece circuitos y salidas a los lugares arqueológicos como la cueva y laguna de Lauricocha. Todo depende de la disposición del tiempo: los paseos y caminatas se pueden hacer en dos días, lo más rápido, y una semana lo más exigente. El distrito de Jesús cuenta con un moderno hospedaje municipal de cómodas instalaciones: 20 soles la noche.
La ruta del Alto Marañón
Construcciones preíncas de la cultura regional del Alto Marañon y del reino Yarowilca forman parte de los recorridos turísticos de Lauricocha. Parecen ciudadelas perdidas que se alzan en la cima de los cerros. Es increíble ver las chullpas, viviendas y colcas que se aprecian en cada cerro a varios kilómetros a la redonda. Tal es el caso del complejo arqueológico de Chiquia, ubicado en las faldas del cerro Chogoragra, en el caserío de Corian, en la carretera Jesús-San Miguel de Cauri. En la zona aún se conservan las construcciones con techos de lajas y muros incas. Sobre la cima del cerro se encuentra un torreón y mirador de piedra que domina el lugar. En el cerro del frente, que tiene forma de sapo, resaltan las construcciones de Alaka, y en el otro lado está Marcachacra. Las construcciones preíncas e incas se multiplican en las laderas y en las cimas de los cerros.
Gongui-Jivia
Otro circuito comprende la visita al centro de almacenamiento de Gongui, también localizado en la cúspide del cerro Huamanjirca. Aquí sobresalen las grandes Colcas, puertas y viviendas en forma circular de piedra. Se encuentra cerca de la confluencia de los ríos Nupe y Lauricocha que baña los poblados de Jesús y Jivia. En este lugar nace el río Marañón, afluente del Amazonas. Por este camino se sigue a la ciudad de Baños, llamada así porque el Inca aprovechó el afloramiento de aguas sulfurosas para construir baños termales.
Ticra y Chiquia cuentan con los edificios preincas mejor conservados.
Actualmente, estos lugares, hechos de bloques de piedra labrada, se encuentran en total descuido y abandono, aunque los pobladores locales hacen uso de sus aguas; gran parte de ellas se encuentran sucias, llenas de algas y hongos. Continuando por esta ruta se puede apreciar en medio de los cerros el camino inca que viene del Cusco en un trazo que va de sur a norte, cruza el río Nupe y se dirige a Huánuco Pampa hasta llegar a Cajamarca.
El camino real pasa por tres distritos de esta provincia, San Miguel de Cauri, donde se encuentra la cueva y la laguna de Lauricocha, Jesús, Baños y Rondos.Unos kilómetros más adelante (dos horas de Jesús y 139 kms de Huánuco) llegamos al bello poblado de Queropalca. Puerta de salida y entrada a Chiquián y Huaraz, a través de la cordillera del Huayhuash (cuatro días en mula), y a Cajatambo, en Lima, por la cadena del Raura (cuatro días). Desde Queropalca se divisa el nevado de Yarupajá, segundo pico más grande del Perú y el Siulá. El municipio ha iniciado la construcción de un albergue turístico para atender a los visitantes que llegan por esta zona por el Huayhuash. Los circuitos más cortos se localizan cerca del poblado de Jesús, como el complejo arqueológico de Quinaj y Ticra.Nuestro recorrido quedó corto para ir descubriendo nuevas rutas en el rincón más viejo del Perú.
El Hombre de LauricochaLas piezas líticas y artefactos encontrados en la cueva de Lauricocha por Augusto Cárdich se han perdido después que fueron entregadas al Museo de la Nación por su descubridor en 1993. La entidad encargada de velar por nuestro patrimonio arqueológico no da razón de dónde puede encontrarse el importante material, denunció Jorge Alvarez von Maack, miembro de la Comisión de Transferencia en Cultura. La valiosa colección estaba compuesta por 54 instrumentos líticos de cazadores, la mayoría de puntas foleáceas que correspondían a los períodos Lauricocha I, II y III. El objetivo era su exhibición y fueron recibidas por el entonces director del Museo de la Nación, Arturo Jiménez Borja.
Alvarez dice que ha confirmado con el actual director Javier Luna que las piezas no se encuentran por ningún lado. Por ello demandó que se realice una investigación para determinar la responsabilidad y las piezas de gran valor histórico. Señaló que el arqueólogo Cárdich agoto todas las instancias sin obtener información. A la fecha el INC no ha dado una respuesta oficial a su solicitud presentada hace dos años. "Se lo han robado, como existen referencias de robo en otras partes del país, por eso he enviado al congresista Luis Iberico, de la Comisión de Patrimonio Cultural, un pedido para que se investigue", afirma Alvarez. Este descuido se une al olvido de no haber declarado como Patrimonio Cultural de la Nación las cuevas donde vivió el hombre de Lauricocha.